Vida práctica de Montessori en nuestros hijos. ¿Qué importancia tiene?
Ver como un niño es independiente y puede realizar las tareas por él mismo siempre enorgullece a los padres y madres. Observar los descubrimientos que realizan los más pequeños y cómo gestionan ellos mismos los problemas a los que se enfrentan en el día a día es muy reconfortante. Cuando hablamos de Vida Práctica Montessori, a muchas familias les da miedo que sus hijos puedan hacerse daño manipulando herramientas reales del día a día.
Sólo se debe preparar el ambiente, los materiales adecuados y supervisar las actividades. Te contamos, lee el post completo y descubrirás cómo y porque de emplear este tipo de método con tus hijos.
Beneficios de las actividades de vida práctica Montessori
Bajo el lema «enséñame a hacerlo por mí mismo» en la metodología Montessori, se busca la independencia del niño, enseñándole a hacer tareas prácticas para que aprenda.
El área de vida práctica se desarrolla entre los 3 y 6 años de edad. Permite trabajar la independencia, la coordinación, la autonomía, el orden o la concentración con la realización de actividades. A través de estas, se enlaza con otras áreas de la metodología Montessori.
“¡Enséñame a hacerlo solo!” Ejemplo de actividades:
María Montessori decía que la vida práctica era la primera asignatura de la vida. Te contamos algunas de las actividades de vida práctica Montessori que puedes realizar en casa. ¡Sigue leyendo!
1. Cortar una fruta por ejemplo manzana
Mostrarle a los niños cómo cortar una manzana y que puedan hacerlo ellos mismos es una de las principales actividades de vida práctica. Comenzar poniéndose su delantal y preparar la fruta en una bandeja es el primer paso.
A la hora de cortar la manzana, existen cortadores adaptados para que los niños no tengan peligro y lo realicen de manera sencilla, en nuestra tienda podrás encontrar maravillosos cuchillos infantiles que no cortan sus deditos.
2. Poner la mesa
Con esta actividad los niños aprenderán a dar orden. Los platos, los vasos, el mantel o las servilletas, todos van en un orden y en un lugar específico. Los más pequeños aprenderán y se divertirán con esta actividad.
3. Hacer transvases y verter contenidos
Dejarles a los niños a su alcance una jarra con un tamaño adaptado y un vaso para que ellos mismos aprendan a echarse agua, les da mucha autonomía. Es importante dejar siempre la cantidad de agua que necesitan para evitar que se derrame y enséñale a recoger el agua en el caso de que haya un derrame.
4. Barrer y recoger
Con una escoba, un recogedor y los utensilios necesarios a su medida, es una gran actividad de vida práctica. Utiliza recortes de papeles u hojas secas de los árboles y enséñale a los niños a crear montones y recogerlos.
Todas estas actividades además, fomentan muchísimo el desarrollo psicomotriz de los pequeños.
De esta forma, aprenden desde muy pequeños y jugando cómo se cocina o se lava, cómo se limpia o se ordena, etc. Además, este tipo de juegos (siempre supervisados) ofrece un pequeño riesgo (mínimo) que les resulta atractivo y desafiante.
Por otra parte, a los peques les motiva e incentiva sentir que forman parte y son incluidos en las actividades familiares. ¿No os habéis fijado el gozo que obtienen imitando a sus padres? Cuando pueden realizar las mismas actividades que los adultos se sienten capaces y ganan confianza, independencia y autoestima.
De ahí el famoso: “¡yo puedo solo!” infantil. Y es que, sentirse capaz es un sentimiento valioso que fortalece muchísimo la construcción de una visión positiva de nosotros mismos.
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"Por una de tantas... experiencias juntos"
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